La Quisquilla

Un lugar diferente, del que supe de su existencia de casualidad. Un restaurante que sale un poco de lo común, ya que es un lugar abierto, pero muy acogedor y donde se han cuidado muchos detalles. En relación a la comida, un 10, tanto en calidad como precios. La atención del personal muy buena, el servicio un 10. Si que es verdad que los postres no los tenían todos los que figuraban en la carta, pero imagino que sería algo puntual.

El lugar precioso y todo el personal muy amable, nos atendieron muy bien. En cuanto a la comida, fuimos por el arroz y fue lo que menos nos gustó, no lo repetiríamos. Sin embargo, la tabla de quesos viene muy bien servida y todos muy buenos, con el pan añaden unos tarritos con chorizo canario y miel y otro de mantequilla con ajo asado, se agradece mucho. Por otro lado, también probamos la empanada de cabra, nos la aconsejó el camarero y fue un acierto, al igual que los postres. Muy buen sitio!

El lugar súper lindo y acogedor, estuvimos en la parte exterior con un look chill pero elegante, muy bonito lugar. La comida de 10, calidad precio, y el postre: la tarta de queso buenísima. Y el servicio muy bueno… sorry es que no encontré nada malo que decir y eso que soy muy exigente.

He de remarcar que hemos venido en temporada baja, la terraza estaba completamente vacía para comer pero aunque así nos dijeron que necesitaban consultar si tenían sitio para nosotros (éramos cinco). Pedimos tres arroces y a la mesa llegaron solo dos, cuando se lo dijimos dijeron que era un pequeño fallo y nos trajeron un aperitivo para matar el tiempo(ni tan mal). Pero experiencia no tiene absolutamente nada que ver, con el sentimiento continuo y persistente de observación por parte de los camareros, los cuales se encontraban varias veces demasiado pedimos a nuestra mesa (poco mas y se sientan a comer). En fin, no repetiría, el arroz sin mas.

Un lugar precioso y elegante, con un ambiente relajante y mucha atención al detalle en la decoración. La comida es increíble, realmente buena y de calidad. Aunque la experiencia se deterioró bastante por la demora en servir la comida tanto al principio como entre entrantes y plato principal. Algo incomprensible ya que apenas había clientes. El servicio es muy atento y amable, estoy seguro de que dieron el 100% en todo momento. Pero honestamente, para un sitio con ese nivel y precios se espera un servicio más profesional y experimentado, que no duden y se palpe la inseguridad. El único punto totalmente negativo es porque nos tuvimos que cambiar de mesa a otro extremo del local, ya que se nos puso un señor a fumar justo al lado en la misma zona de comedor donde supuestamente no se puede fumar pero a él se lo permitieron, me parece totalmente inaceptable e incomprensible. Un motivo de peso para no volver a ir, una lástima porque el sitio merece la pena en muchos sentidos. Esperamos que sigan mejorando.