Puerto de Laguete

Vinimos con la intencion de comer buen pescado y es lo que encontramos, la cantidad y la calidad de los pescados que sirven es muy buena, recomiendo la parrillada de pescado. Para picotear pedimos un pulpo a la gallega perfecto de punto y sabor y unas lapas muy ricas. El postre también rico. Es un lugar bastante amplio enfrente del mar y siendo fin de semana suelw haber que esperar pero la atencion y el servicio fue muy bueno y rapido.

Restaurante bien ubicado, tiempo de espera por mesa sobre 20 min /30 min de media en un día full, bastante aceptable en ese aspecto. Calidad/precio muy bien, variedad de platos en la carta Recomendable 100x100.

Buscando donde comer vemos fuera del restaurante los platos que tienen y vemos que anuncian un menú en 12€. Decidimos comer aquí y esperamos la cola para que nos sienten en la mesa, hasta aquí todo bien y normal. Nos sientan en la mesa y van pasando camareros de un lado para otro a todo correr, atienden primero a otras mesas que se han sentado más tarde y 20' después de ser totalmente invisibles le pido a una señora que estaba montando mesas que si por favor nos puede traer la carta...nos la trae al momento, le decimos si tiene donde aparece el menú del día y nos dice que el menú solo es hasta la 13:30h 🤔que hora más temprana para finalizar un menú del día pero bueno....decidimos pedir dos platos para picar ambos (tabla de quesos y calamares fritos) y otro plato para cada uno (ensaladilla y sopa de marisco). Sale la ensaladilla y la tabla de quesos otros 20' después sale mi sopa y los calamares, cuatro calamares con relleno de patatas fritas para hacer bulto y a un precio de 16€....casi na. Total hora y media para comer sin contar el tiempo de espera unos platos nada elaborados y que lo que más lleva es freír los calamares.... Lo lógico por otra parte es sacar primero la tabla de quesos y los calamares y por último la ensaladilla y la sopa....pero bueno. Poco personal y muchas mesas que abarcar.

Decepcionante. Las gambas secas, quemadas… las sardinas pasables. La sopa sin más y la cebolla de la ensalada con mal sabor.

Entramos por casualidad a picar algo y desde el primer momento nos atendió Jesus en la barra, con su trato cercano, como si nos conociese de toda la vida, y recomendándonos platos canarios típicos que estaban buenísimos, como el gofio, las papas arrugadas y las lapas. El café especial que hace Jesus puso la guinda para tener una experiencia muy buena. Gracias a personas como él hacen que viajar merezca la pena.